El Motorista que no Existió
Soy
un apasionado de los cuentos, las leyendas y las historias que
cuentan la gente mayor, por suerte aquí donde vivo de eso hay mucho,
“As Meigas, os Home Lobo, A Santa Compaña, Os Mouros e Mouras,
duendes y otros seres que llenan nuestros montes, caminos, ríos y
valles.
A
lo largo del tiempo aunque viví fuera muchos años, los veranos los
pasaba aquí, de ahí viene mi afición por estas historias, ahora ya
no pero cuando yo eran joven por la noche en las calles de mi pueblo
nos reuníamos mucha gente a la fresca y siempre surgía alguna
historia por parte de los mayores, algunas de risas, otras de
travesuras de ellos cuando eran jóvenes, de leyendas y fantasmas por
eso a partir de este relato voy a intentar juntar algunas de esas
historias para que no se pierdan.
Quisiera
animaros a que vosotros me mandarais las vuestras haber si entre
todos podemos juntar para hacer un libro aunque sea pequeño. Algunas
de las historias que os contare os sonaran porque seguramente en
vuestro pueblo habréis oído algo parecido, yo creo que eso sucede
porque muchas de esas historias están en la mente colectiva de esta
comarca.
Me
acuerdo de bastantes historias, pero la que mas tengo grabada es una
que me contaron hace bastaste tiempo, os estoy hablando del 1984, ya
a llovido un poco desde entonces, me la contó una pareja de amigos
que conocemos de por aquí. La acción trascurre en una carretera de
Viana, los nombres de los personajes son ficticios por respeto a
ellos, el relato lleva el nombre de “El Motorista que no
Existío”
Todo
sucedió en un pueblo entre A Gudiña y Viana, Pedro y Laura ese
verano, lo estaban pasando en casa de los padres de Laura, en un
pueblecito de Viana, habían quedado con una pareja de amigos que
son de un pueblo cerca de Orense, sus amigos llegaron un viernes y se
alojaron en casa de los padres de Laura, esa noche cuando llegaron,
después de los saludos y besos de rigor, se sentaron en el patio de
la casa y estuvieron charlando, sobre su pueblo y sobre el de Laura,
se hablo de las familias y se contaron anécdotas y cotilleos, pues
aunque las dos parejas vivían en Cataluña pero no en la misma
ciudad y hacia tiempo que no se veían. Así transcurrió la primera
noche,
El
sábado Pedro y Laura decidieron bajar hasta Viana para enseñársela
a sus amigos, estuvieron por la plaza, el castillo, los jardines,
pasearon por sus calles, bajaron hasta el embalse y estuvieron en las
piscinas. Decidieron comer en Viana, por la tarde fueron hasta el
alto de Covelo para admirar las vistas que desde allí hay, del
embalse.
Al
atardecer fueron hasta las Telleiras para ver la zona y admirar las
minas de Caldesiños, se sentaron en la terraza de las aguas mansas a
tomar unas bebidas y refrescar un poco la sed y el calor, estando
sentados salio la conversación de ir A Gudiña por la noche a una
bolera mecánica que había en un bar al lado del concello. Dicho y
hecho, hasta dicho bar se desplazaron, volvieron a tomarse unos
refrescos y empezaron a jugar a los bolos, entre risas y juego se le
paso la noche hasta que la propietaria del bar les llamo la atención
porque era tardísimo y ella tenia que cerrar.
Pagaron
lo que se debía y se fueron para el coche, subieron en el y tomaron
dirección para casa de Laura, iban las dos parejas dentro del coche,
Pedro y Laura delante y sus amigos detrás una vez pasado el cruce de
A Bouza en dirección a Viana y después de descender por las curvas,
en una recta que hay vieron una moto delante que iba muy despacio,
eran muy antigua, con unas ruedas muy estrechas, parecía de otra
época, el motorista llevaba un chubasquero amarillo con una capucha,
una especie de faldón que le cubría las piernas, un casco negro y
unas gafas. Pedro estaba nervioso porque iba muy lento y no podía
adelantarlo, entonces se dio cuenta que la moto no llevaba luz,
circulando por el medio de la carretera y a pesar de que la moto
andaba el chubasquero no se le movía.
Todos
dentro del coche iban comentando la situación y lo rara que era ¿Era
una alucinación ver a ese motorista?, si era si, era muy real, la
pareja de atrás el hombre dijo la madre que lo pario ese tío esta
loco, eso hizo que todos sintieran aun mas respeto por la situación,
al llegar a un trozo de recta al fin Pedro pudo adelantarlo, cuando
lo hicieron todos menos Pedro se giraron hacia el motorista, no se le
veía bien la cara entre la capucha el casco y las gafas como si no
tuviera, el cuando lo adelantaron ni se inmuto, siguió mirando al
frente.
Pedro
una vez que lo adelanto miro por el retrovisor, con cara de asombro
les grito a los demás mirar para atrás, todos se giraron y a pesar
de que era una recta larga, allí detrás de ellos en la carretera no
había nadie, ni moto ni motorista, Pedro paro en el arcén, todos
estaban pálidos, hubo un rato largo de silencio, al cabo del cual
Pedro dijo, vamos a mirar por si se ha caído al arcén, cogieron una
linterna que llevaba en el coche y fueron a mirar, allí no había
nada, solo ellos y la carretera, ademas era una noche de luna llena y
se veía bastante, después de un buen rato buscando, decidieron
regresar al coche.
Se
montaron todos y se fueron para casa de Laura el resto del camino
nadie hablo, cuando llegaron a casa de ella, se quedaron un buen rato
en el coche sin hablar ni bajarse, estaban asimilando lo que les
había pasado, esa noche y al día siguiente no se hablo del tema
como si no hubiese pasado nunca.
Cuando
me lo contaron ami me decían “no fue un sueño, lo vimos los
cuatro, era tan real como tu o yo”, “¿que paso allí?”, yo le
respondí nuestra tierra es así.
Autor
Meri Chel Domi
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